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Las Flores y Campana proponen disfrutar de experiencias enoturísticas que incluyen catas guiadas, sabores regionales, historias familiares y naturaleza, a menos de 200 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires. Un paseo ideal para esta época del año.
Hace catorce años Mauricio Propato se mudó desde el barrio porteño de Villa Pueyrredón a un paraje rural ubicado en el municipio de Las Flores. Allí compró La Blanqueada, dieciocho hectáreas con un casco de estancia construido en 1902. Comenzó a elaborar vino tinto de la misma forma que lo hacía su abuelo materno en las variedades Malbec, Cabernet Sauvignon y Pinot Noir.
"Soy el último eslabón que sigue la tradición familiar", afirmó Propato. José Badini, su abuelo, llegó en 1950 al país proveniente de la región de Romania y empezó a producir vino como en Italia: compraba la uva en los mercados de Buenos Aires y la prensaba manualmente.
"Me divertía hacer vino con él", recordó Mauricio quién replicó la técnica familiar y cada año cuando comienza la cosecha, antes de la maduración de la vid, viaja a Mendoza, Río Negro o al sudoeste bonaerense para traer uvas. "Vamos a viñedos chicos. Soy bastante obsesivo, voy midiendo los grados de azúcar y cuando alcanzan la cantidad para vinificar, la hago cosechar", explicó.
Se autodefine como un "cazador" por su persistencia y olfato a la hora de encontrar frutos de excelente calidad. "Sabemos elaborar vinos con buenas uvas y en cantidad", aseguró.
La Blanqueada -@lablanqueada-, a cinco kilómetros de la ciudad cabecera, produce dos vinos con el mismo proceso hasta el prensado: "Baya Prohibida se cría en tanque de acero inoxidable, implica menor tiempo de elaboración, es suave y liviano; y Bricconne, en barricas de roble francés".
En la chacra realizan catas guiadas, maridajes con sabores regionales y degustación de la carne típica florense: cazuela de cordero al malbec con papines y empanadas fritas en grasa dentro de una olla antigua.
Mauricio y Ana, su compañera, también coordinan recorridas al tambo La Delfina donde fabrican quesos, yogures y ricota con leche de búfala.
Vinos y baños de bosque
Sobre el kilómetro 65 de la Ruta Nacional 9, en el partido de Campana, cerca de la Reserva Otamendi, se encuentra Gamboa -IG: @bodegagamboa-, una bodega que a su propuesta gastronómica y de visitas guiadas, sumará los baños de bosque.
Se trata de una práctica japonesa conocida como Shirin Yoku que invita a sumergirse en la naturaleza y a experimentar beneficios para la salud.
"Son paseos diseñados cuidadosamente en secuencias de actividades de conexión con el ambiente que potencian los efectos terapéuticos naturales", detalló Marcelo Chocarro, gerente general del emprendimiento. Además, explicó que Rocío Ferraro, guía certificada en baños de bosque y profesional en terapia de bosque del país, estuvo a cargo de la evaluación ecosistémica del lugar.
Una de las áreas indicadas para esta práctica se encuentra de cincuenta a cien metros desde el final de los viñedos, donde comienza la vegetación y hay una laguna estacional.
La bodega elabora vinos de las cepas malbec, pinot noir y cabernet franc que se pueden degustar en Casa Gamboa.
Las Flores y Campana, dos destinos turísticos buenos, bonitos y bonaerenses que proponen experiencias inolvidables para disfrutar de la gastronomía y la naturaleza durante todo el año. Viajar por la provincia de Buenos Aires hace bien.
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