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Brooklyn para principiantes (y para exploradores de tendencias)

Con sus más de 2 millones y medio de habitantes repartidos en casi 50 barrios, el distrito más vibrante de Nueva York merece ser destino propio.

Tenemos que rebobinar hasta inicios del siglo XVI para empezar a hablar de Brooklyn. Fue entonces cuando una colonia de holandeses ocupó el litoral del East River y lo llamaron Breukelen, en recuerdo de la ciudad verde de los Países Bajos de mismo nombre.

Los holandeses dejaron paso a los ingleses que, a su vez, tuvieron que huir con la derrota de la Guerra de la Independencia de 1776. El destino de Brooklyn como ciudad independiente terminó el 1898 cuando fue anexionada a Nueva York junto con tres municipios más: Queens, Staten Island y el Bronx.


El distrito ha estallado en un boom social, económico y cultural hasta convertirse en uno de los puntos más estimulantes del país.

Como llegar desde Manhattan


Como ocurre en toda la zona metropolitana, la mejor forma de llegar a Brooklyn es en metro. Casi todas las líneas de la red que cruzan Manhattan, te llevan por todos los barrios del distrito.

También puedes conquistarlo a pie, serpenteando entre peatones y bicicletas que cruzan a diario los tres puentes que unen Manhattan y Brooklyn, de abajo arriba: Brooklyn, Manhattan y Williamsburg (BMW para los desmemoriados).


Además de por tierra puedes llegar por mar. Las nuevas terminales situadas en los muelles de Wall Street y la calle 34, en Manhattan, conectan el litoral de ambas islas con paradas en los barrios de Greenpoint, Williamsburg, Dumbo, Red Hook y Bay Ridge.


Imperdibles de Brooklyn


1. Las vistas desde DUMBO


Quizá por servir de pista de aterrizaje del puente de Brooklyn, este barrio que nada tiene que ver con el orejudo elefante de Walt Disney (sus siglas corresponden a down under the Manhattan Bridge overpass, o sea, toda la zona a los pies del puente de Manhattan) es uno de los más instintivamente visitados por los turistas. No sin razón.

La panorámica a pie de agua es impresionante, especialmente entre los dos puentes. Como el andar abre el hambre, Dumbo ofrece opciones de sobra. El centro comercial Empire Stores abrió hace sólo un par de años en unos antiguos almacenes de esta antigua zona industrial.

Además de tiendas encontrarás el Time Out Market, con más de una veintena de puestos de comida para todos los estómagos. En Old Fulton Street, Grimaldi's y Juliana's siguen compitiendo por el título de mejor pizza del barrio. Si no puedes elegir, ¿porque no las dos?

2. Una noche en el BAM


El equivalente al Lincoln Center de Manhattan, que alberga la opera, el ballet y la filarmónica de Nueva York, se llama Brooklyn Academy of Music.


El edificio principal que se encuentra cerca de la parada de metro Atlantic Avenue - Barclays Center, es la sede que comparten la Howard Gilman Opera House, el multisalas Rose Cinemas, especializado en cine de autor y Lepercq Space, un espacio polivalente para performances.

Entre sus actuaciones recientes está la de Madonna para presentar su Madame X y en sus escenarios han actuado Jeremy Irons, Cate Blanchett y John Malkovich.

3. Una tarde en el Barclays Center



A la vuelta de la esquina del BAM se levanta, desde 2012, la versión local del Madison Square Garden. El Barclays Center es el hogar de los Brooklyn Nets, que disputan sus partidos aquí.

La temporada de basquet empieza a finales de octubre y termina a mediados de abril. Tiempo más que suficiente para disfrutar de las instalaciones.

Y si el deporte no es lo tuyo, quizá encontrarás más atractivo dejarte llevar por la música de Marc Anthony, Ariana Grande y Celine Dion que tienen previsto tomar el estadio esta temporada.

4. Pasear por Prospect Park



Las comparaciones son odiosas pero en este caso un poco menos. Sin tener la fama de Central Park, el parque central de Brooklyn fue diseñado por sus mismos arquitectos, Frederick Law Olmsted y Calvert Vaux. Así que tienes total garantía de calidad.

Uno de los puntos indispensables es The Picnic House, a la cual hay que acudir provisto de carne, verduras y carbón. El espacio viene con parrillas de serie, abiertas al público (aunque hay que pedir permiso o se corre el riesgo de expulsión).

No dejes de dar una vuelta por el lago, patinar sobre hielo en época de frío en LeFrank Center o visitar el Jardín Botánico, donde su colección de más de 200 cerezos japoneses ofrece una explosión de rosados cada primavera.

5. Contemplar el arte del Brooklyn Museum


Quizá vaya siendo hora de abrir horizontes culturales en el Brooklyn Museum, que por algo es el tercer museo de la ciudad en volumen de piezas de arte.

Además de obras de los cinco continentes que recorren más de 3.000 años de historia, el centro se marca exposiciones temporales de lujo. La más reciente se dedica al enigmático artista y fotógrafo francés JR


El año que viene recuperaremos nuestros pasos de música disco para explorar la muestra dedicada al club más celebre de la ciudad, Studio 54.


Ah, y no te vayas del museo sin visitar la réplica de la Estatua de la Libertad que se levanta en el jardín. No levanta 10 metros del suelo pero, probablemente, es lo más cerca que jamás estés de tocar su antorcha.

6. Comprobar el pasado industrial


En el barrio de Sunset Park, gran fuente de inspiración para el novelista más famoso de Brooklyn, Paul Auster, lo viejo y lo nuevo se mezclan en un nuevo hervidero de start-ups.

La llamada Industry City está lejos de ser la capital de nada pero, en sus más de medio millón de metros cuadrados, se reparten oficinas, restaurantes, tiendas y espacios lúdicos que son todo un imán.

Sus puestos de comida no tienen nada que envidiarle al más popular Chelsea Market. De hecho, aquí abrió el primer restaurante especializado en aguacates del mundo, Avocaderia.


También encontrarás las jugosas hamburguesas de Burger Joint sin sufrir las colas del restaurante secreto del hotel Parker Meridien.


Estos antiguos almacenes industriares también tendrán su propio estudio de cine y televisión, un sector que ya ocupa varias plantas de oficinas.

7. Poner a prueba tu vértigo en Coney Island


Apodada un poco injustamente como la playa de los pobres (porque se llega fácilmente en metro), Coney Island se convierte, cada verano, en centro del entretenimiento de Brooklyn.

A eso ha ayudado la renovación del parque de atracciones Luna Park, en el que también encontrarás instalaciones de los años 20 como la noria Wonder Wheel y la montaña rusa Cyclone.

El paseo marítimo ofrece mil tentaciones con los primeros hot dogs de la ciudad, Nathan's, y los cremosos helados de Coney's Cones.

La playa vecina, Brighton Beach, te lleva de lleno al barrio ruso de la ciudad donde podrás probar las especialidades de la región, como el pan de jengibre Pryanik.

8. Vivir la Navidad en Dyker Heights


Este encantador barrio residencial de Brooklyn no tendría nada de especial si no fuera por lo en serio que se toman sus vecinos las fiestas navideñas.

Esta tradición que arranca en los años 1980 y se convirtió en una auténtica competición, atrae miles de visitantes cada año. Las luces sólo se ponen en marcha el mes de diciembre (algunos vecinos inquietos lo hacen a finales de noviembre) y se apagan con el fin de año.

Las calles más populares están entre las avenidas 11 y 13, las calles 83 y 86, donde los vecinos que se apuntan a la guerra de luz pueden llegar a pagar miles de dólares de factura a la compañía eléctrica en un sólo mes.

9. Hacer el moderno en Bushwick


Los alquileres altos y la siembra de torres residenciales para familias empujaron el centro hipster de Brooklyn fuera de Williamsburg. Siguiendo la línea L del metro, se reconstruyó más allá de las paradas de Montrose Avenue donde ha florecido hasta convertirse en una pequeña facción rebelde.

Bushwick te pone fácil renovar el armario con numerosas tiendas vintage como la veterana L Train Vintage y también es la meca de los amantes del street art como el que ofrece The Bushwick Collective.


El barrio también ofrece un sinfín de opciones para comer. La pizza de Roberta's ya no tiene nada de nuevo pero sigue siendo increíble. Y aunque más humilde pero igual de apetitosos están los tacos de La Tortilleria Mexicana Los Hermanos.



10. Williamsburg y su barrio judío ortodoxo


Aunque Williamsburg ya no esté tan de moda, eso no significa que tengas que pasarlo por alto. El East River State Park ofrece unas vistas casi completas de Manhattan, desde el World Trade Center hasta los rascacielos de los super ricachones del sur de Central Park. En verano, está mucho mejor porque es cuando abren los puestos de comida de Smorgasburg.


En el mismo litoral, un poco más abajo, rozando los pies de puente de Williamsburg, encontrarás un nuevo parque, Domino Park. Se levanta en las antiguas instalaciones de la refinería de azúcar Domino y también ofrece opciones para picar, como Tacocina.

Pasado ya el puente, hacia el sur, siguiendo Lee Avenue, se abre un pequeño portal temporal que nos hace viajar varias décadas atrás. Es el barrio judío ortodoxo donde la comunidad jasídica, más de 300.000 personas, vive y trabaja como si no se correspondiera con el resto de la ciudad.

No. Brooklyn no tiene nada que envidiarle a Manhattan.

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