No sólo Cádiz vive de atún VOLVER

Mogán, el puerto canario atunero

Los túnidos son los reyes del mar en el Municipio de Mogán.

La tercera edición de la Feria del atún y el mar reunió a pescadores y restauradores y, como viene siendo costumbre, dio a conocer la variada oferta marina de las cofradías de Mogán y Arguineguín.


Mogán está a menos de una hora por carretera de Las Palmas de Gran Canaria. Parada ineludible es el restaurante de la Cofradía de Pescadores en la Avenida del Muelle de Arguineguín, donde comenzar a probar los sabores canarios y la amplia variedad de pescado que la cofradía ofrece y cocina con maestría.

El escenario de Mogán es insólito, de difícil juicio a primera vista. El puerto de Mogán está rodeado por los áridos montes del sur de Gran Canaria a los que visten hoteles y aparthoteles, unos de lujo, otros más sencillos, casi todos blancos y rodeados de vegetación autóctona de aspecto estepario (como puedan ser los dragos o la palmera canaria.

Pero Mogán también tiene las zonas más frondosas y protegidas del Parque Rural del Nublo, el Monumento Natural de Tauro y la Reserva natural Integral de Inagua.


Tras la vistosa capa de extranjeros (nórdicos en su mayoría), centros comerciales, restaurantes y pubs, de ese turismo que ha potenciado la economía de la zona, se encuentran las raíces genuinas de lo que eran y son Mogán y su vecino Arquineguín: asentamientos de pesca cuyos pescadores se adentran a la mar durante todo el año y que forman dos de las cofradías más relevantes de las islas.

Es decir, pueblos marineros de cuando comenzó la actividad pesquera en ambos municipios a principios del s. XX, creándose factorías de salazones y convirtiendo al sector pesquero en la forma de vida de la zona.

La Feria, una iniciativa necesaria

Las cofradías de pescadores de Mogán y Arquineguín siguen abasteciendo a Gran Canaria de caballa, sama, bocinegro, salmonete, gallo, y de túnidos (atún rojo, bonito, rabil, atún listado o sierra) de grandes beneficios nutricionales y tan apreciados en la isla que incluso se apellidan Mogán.

Dado que las artes de pesca siguen siendo las mismas de antaño, que no cuentan con más de 60 embarcaciones y 200 marineros entre ambas cofradías, y que la pesca se está viendo mermada por los barcos grandes que espantan a los túnidos, hace dos años surgió la iniciativa por parte de diferentes organismos de la zona de crear la Feria del Atún y el Mar para mostrar la importante tarea de las dos cofradías en su proceso responsable y artesano al capturar los túnidos.

Valorar económicamente el precio de algunos de ellos, como el atún listado, al que no se justiprecia, y también crear sinergias entre pescadores y restauradores.

La feria que ocupa los 1.200 m2 de la carpa permanente sita en la Plaza Pérez Galdós de Arguineguín. En su interior, puestos coquetos de los principales restauradores de la zona: Casa Enrique, Canario de Oro, Mr. Croquet Gourmet, Échale Mojo, bar La Jaca, La Vintage Foodtruck y el Paso 21.

Ofrecen sus especialidades en las que prevalece el pescado, regadas con cerveza Tropical y vinos lugareños como los de tuno indio y plátano de Jeribilla o aquellos de las bodegas grancanarias La Higuera Mayor, La Montaña e Hinojo.

La primera noche más de 10.000 personas degustaron 1.000 kilos de caballa gratuita cocinada en cinco barbacoas de tres metros de diámetro por cocineros de la Asociación Mojo Picón aderezadas con 350 kilos de papas arrugás.

Todo el mundo se conoce y reconoce a los restauradores de los puestos, críticos gastronómicos, y chefs canarios cada vez más en boga. De vez en cuando, entre ese acento dulzón canario ¡No te vayas a alicorar mi niña! traducido a, ¡no bebas tanto!... Se escuchan otras lenguas y sobresalen cabezas rubias de aquellos que llegaron a las islas de otros lares y ya las han hecho suyas.

Premio al Mejor plato de atún de Gran Canaria


En el segundo día de la feria, José A. González, alias Solea, director del Aula Cultural, Ciencia y Gastronomía de los proyectos MACAROFOOD y MARISCOMAC dio comienzo a las ponencias hablando sobre El pescado Azul del Mar de Canarias, seguido por Magda Abdsalam Sayka del restaurante Meraki que enfatizó en lo saludable de la cocina con algas.

El primer showcooking de la jornada a manos de la cocinera Ivonne Hernández de la Asociación Gastronómica de Mojo Picón versó sobre el uso del atún a lo dulce. Paolo Dorazio del restaurante Sensi se atuvo al atún en la cocina mediterránea.

La cocina Km0 corrió a cargo de Borja Marrero, restaurante Texeda. El moganero Alejandro Álamo-Restaurante Casa Enrique -descubrió su forma especial de cocinar el atún.

Entrañable fue el momento en que se reconoció y premió a tres mayores del municipio cuya vida ha estado dedicada a la pesca. Ellos, Sebastián Llovell Chano y José Ortega, en la mar. Ella, María Isabel Ruiz Mariquita con la cesta en la falda voceando por las calles.

Es muy agradable pasear por esta ciudad de arquitectura impactante y gente simpática, cruzar sus puentes, y deambular por unas calles llenas de vida y contrastes.

Los puestos de restauración se esmeraron en crear la más primorosa tapa de atún en su afán por darlo todo en el concurso de tapas. Difícil lo tuvo el jurado para decidir entre el atún cocinado de diferentes y deliciosas formas, ahumado, con aguacate, con toques de especias.

El vencedor fue La Jaca que con su atún en vinagreta de frutos rojos sobre colchón de parmentier de papas, coliflor y wasabi, se llevó los merecidos laureles.

El día final de la feria, se contó con las privilegiadas presencias de Rosalía Díaz Cieza, propietaria y chef del restaurante QapaQ y del reconocido chef Erlantz Gorostiza del restaurante M.B, dos estrellas Michelin, en el Ritz-Carlton Abama de Tenerife.

Erlantz, tras deleitar a los presentes con un showcooking de Tartar de atún rojo, pasó a formar parte del jurado que también gozaba con la excelencia de Juan Santiago (chef de Hestia) Ángel Palacios, discípulo de Martín Berasategui y actual chef de La Barra y The Brasserie y prensa gastronómica de categoría, dispuestos a evaluar el Mejor Plato de Atún de Gran Canaria en el concurso patrocinado por GM Food Canarias.

El premio fue para Joel Trujillo del restaurante Summun por su Atún curado con caviar de algas, aire de jengibre encurtido y pepino y puré de zanahoria encurtido, aunque tampoco dejaron indiferentes el empate de los segundos ganadores Abraham Ortega (restaurante El Santo) que presentó Atún canario con beurre blanc y shots de guisantes y crujientes de trufa ni Antonio Pérez de los Cobos Suárez con ravioli de atún relleno de boloñesa de atún con tacos del corazón en caldo de atún con jengibre, limón y té verde.


Atún mas allá de la Feria


No solo en la feria se pueden probar delicias marineras. Khun Gran Bahía Asian Restaurant es un ineludible.

Bajo una decoración de película oriental, su chef ejecutivo Davidoff Lugo prepara un Menú del Mar donde se mezclan con sabiduría culinaria los sabores tradicionales de la isla con la cocina asiática, véase el oniguiri de vieras con mojo rojo, el pulpo con bearnesa de mantequilla de cabra, curry verde e ito togarashi o el uzukurri de pescado roca con aliño peruano y cremoso de aguacate, entre otros....


La vida en el Puerto de Mogán

Los pesqueros zarpan desde el puerto de Arguineguín donde la pintura mural de los hangares representando a la Virgen de las Nieves embarcada, parece protegerles antes de adentrarse en la mar. También salen del puerto de Mogán, que no solo lo es de pesca, ya que a Mogán se le considera idóneo para las actividades náuticas.

En los puertos del Municipio de Mogán (Arquineguín, Puerto Rico y Mogán), conviven armónicamente la pesca tradicional y deportiva. Pero volviendo al Puerto de Mogán, hay que resaltar que es uno de los puntos obligados y más turísticos de la isla. Sus callejuelas de casas blancas enmarcadas en vivos colores, y adornadas con buganvillas, son un disfrute para la vista y para las compras pues El Puerto está salpicado de tiendas artesanales.

Una magnífica forma de vivir la tranquila vida del puerto, es contratar un barco con el catering de Restaurante Casa Enrique, donde su propietario Alejandro Álamo cocina a bordo el bonito moganero al mojo, mientras su mujer, María José, atiende a sus huéspedes ofreciéndole las cervezas artesanales de la zona, Jaira la Chiflada del Trigo, el vino blanco Eidan semi dulce de la Bodega Ventura, o el vino fuerte y adictivo de Gran Canaria que se refleja en el tinto de La Higuera Mayor, D.O.

De aperitivo unas papas arrugas de yema de huevo, nombre que le da el color amarillo de su carne, muy sabrosas al empaparlas con el sustancioso mojó picón verde o colorado que hace María José, empanadillas de bonito, ceviche de bonito con mango, quesos canarios, olivas y aguacates de la huerta del chef.

Playas solitarias y montes áridos son la coreografía de la conversación que gira sobre leyendas, anécdotas e historias de pardelas, la gaviota autóctona que no deja dormir con sus graznidos nocturnos. De postre, un mango canario dulce y jugoso.

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