Ciudades del mundo VOLVER
Con casi la mitad de su población inmigrante, las calles de esta cosmopolita urbe acercan a cientos de dialectos y miles de historias. Un viaje por una de lasciudades de mejor calidad de vida del mundo.
Sentada en la explanada de acceso a la CN Tower, la colosal torre que oficia de faro en Toronto, descubro la esencia de la capital de Ontario y confirmo la idea inicial antes de emprender el viaje: la metrópoli es una Babel del siglo XXI, moderna, ordenada y sofisticada.
Allí se puede ver transcurrir el mundo. Una familia oriental. Una ejecutiva blonda que destila aroma de orquídeas de su elegante tailleur. Un hombre de aspecto musulmán con rostro calmo. Dos latinas cuyas risas interrumpen un silencioso clima de domingo. Una pareja que cruza miradas cómplices: ella, esbelta, digna de un desfile de alta costura; él, de estatura más baja y rasgos orientales. Una señora entrada en años, cual cálida abuela norteamericana pasea a su perrito. Un joven en silla de ruedas se desplaza fácilmente sobre las pulcras aceras y un adolescente de look indie, con voluminosos auriculares. Todos pasan, todos se mueven con aire cosmopolita apenas dando una mirada de soslayo a la monumental construcción que identifica a la ciudad.
A diferencia de la otra Babel, la bíblica, donde la vida se vio teñida de confusión, Toronto es un armonioso ensamble de 140 lenguas y dialectos que fluyen hacia el entendimiento. Sorprende la amabilidad y disciplina de sus habitantes, su sano hábito de despreocuparse por la seguridad y su andar sin mirada prejuiciosa.
Sobre la costa del lago Ontario, el enclave cautiva a los amantes de los periplos citadinos. Es joven y dinámico -fue fundado en 1834- multicultural, con espacios que se hacen eco de las tendencias globales, vías de continuo movimiento diurno y con la capacidad de acercar el mundo y sus idiomas en unos cuantos kilómetros a la redonda.
En el downtown se ubica una de las mejores áreas para instalarse temporalmente en Toronto, por su accesibilidad a las principales atracciones. No en vano lo llaman el Entertainment District, un distrito que fusiona teatros con obras de excelentes producciones, como un Broadway canadiense; el Canada's Walk of Fame, con sus estrellas que recuerdan a las figuras vernáculas destacadas; el Hockey Hall of Fame, templo del deporte nacional y el Air Canada Centre, casa de los Torontos Raptors.
Además, es el territorio de la CN Tower, la segunda torre más alta del mundo -desde que recientemente se inauguró en Dubai Burj Califa- y símbolo indiscutido de la ciudad, que corona con sus 553,33 metros el horizonte. Cerca de dos millones de visitantes se trepan anualmente a sus ascensores de piso vidriado que recorren 300 metros en menos de un minuto. Si alguien se impresionó luego de viajar a esa velocidad mirando directamente la superficie de la tierra, debe saber que mayor conmoción puede provocarle caminar sobre el piso transparente emplazado a 342 metros, con la sensación de desplazarse en el aire.
Comparado con obras de ingeniería civil como el Empire State, el Golden Gate o el Canal de Panamá, los torontonianos dejan entrever un especial orgullo al hablar de este emblema listado en el libro Guiness de los Records por poseer la bodega más alta del planeta, que se encuentra en el restaurante 360. El restó giratorio ofrece la mejor vista panorámica de Toronto mientras se degustan deliciosos platos y se elige entre las 9.000 botellas que integran la bodega. Entre las rarezas de esta cava pueden mencionarse una antigua etiqueta de 1947 o un champagne de 1.200 dólares. Si se quiere celebrar una boda o un cumpleaños infantil con torta temática de la torre, la CN Tower también lo permite.
Evocando nuevamente al Guiness, hay que confesar que los argentinos sienten una profunda decepción cuando llegan a Yonge Street y escuchan que se trata de la calle más extensa del mundo por prolongarse durante 1.896 kilómetros. En forma irónica, los latinos llaman a esta arteria "el tontódromo" ya que es el lugar obligado de paseo de los locales.
Desde el downtown es posible dirigirse al Saint Lawrance Market, situado en la parte más antigua del trazado urbano. Tras la fachada de este mercado de comienzos del siglo XIX se esconden los aromas más sabrosos y los colores más intensos de la ciudad. Prolijamente, los escaparates combinan alimentos frescos, artículos de bazar y el maple en todas sus variedades. Un imperdible es Carousel Bakery, un puesto que desde hace tres décadas deleita con su exclusivo sándwich de panceta "peameal bacon on a bun", que según sus dueños, los hermanos Biancolin, "ha sido imitado muchas veces pero nunca igualado".
También el área financiera se encuentra a una distancia razonable para ir andando. Es allí donde Toronto se presenta como una urbanización de cristal, con rascacielos cubiertos de paneles espejados que entregan buenos juegos de reflejos. Resulta inevitable cuestionarse por qué en un lugar de temperaturas tan bajas en invierno se emplea este material de construcción. Los arquitectos que diseñaron el Royal Bank Plaza, en Bay Street y Front Street, encontraron un paliativo: cubrieron los cristales del edificio con láminas de oro que actúan de aislante térmico y dan una tonalidad increíble.
Un mundo perfecto
Quizás el destino ecléctico de esta capital quedó definido desde su nombre. La palabra hurona "toran-ten" significa lugar de encuentro, ya que allí se juntaban las comunidades originarias a comercializar. En la actualidad Toronto es uno de los mejores sitios del mundo para vivir, según la UNESCO. Factores como la seguridad, la limpieza y las posibilidades de desarrollo seducen a alrededor de 55.000 almas que llegan anualmente a este paraíso de la diversidad. Como casi la mitad de la población es inmigrante, cualquier contacto con los locales brindará la oportunidad de desenmarañar la idiosincrasia torontoniana.
Fátima trabaja en un local de indumentaria femenina sobre Yonge Street y entabla una cordial conversación apenas se ingresa. Me pregunta de dónde soy y le brillan los ojos cuando le digo de Argentina. Intuyo que va a asociar al país con Maradona, pero la joven de rasgos árabes me sorprende al hablarme de Natalia Oreiro. ¿Cómo desilusionarla diciéndole que en realidad es uruguaya?. Me cuenta que en Rusia, donde vivió un tiempo antes de desembarcar en tierras canadienses, era fiel seguidora de una telenovela que protagonizaba la actriz junto a Facundo Arana, el galán que hace suspirar a muchas argentinas, pero no a ella. "Es muy rubio, del estilo de los canadienses. Y a mí me enamoran los latinos", confiesa.
Eduardo Quito es ecuatoriano, pero a juzgar por su apellido pienso que me está jugando una broma. Me da su tarjeta de guía de turismo y creo entonces en la paradoja. ¿Acaso si viviera en otro país cambiaría mi apellido por Buenosayres, emulando el personaje de ficción de Marechal? Asentado definitivamente en Canadá, después de acostumbrarse a los inviernos duros, Eduardo relata las historias de todos los rincones turísticos.
A bordo de su taxi, Masir refleja otra realidad de Toronto. Hace tres meses, la compañía donde trabajaba cerró a causa de la recesión, pero se muestra totalmente esperanzado de que en breve dejará de transitar las calles con su auto para volver a desempeñarse como ingeniero mecánico, su profesión.
Inmiscuirse en los diversos barrios deja al descubierto el aspecto multicultural de Toronto, teletransportando a otros grandes enclaves del orbe. Kathy Waugh forma parte del programa Tap in to Toronto, una asociación de voluntarios que brinda servicios guiados gratuitos para descubrir los secretos locales. Será esta amable canadiense quien nos acompañará a Chinatown, la comunidad extranjera más grande de la ciudad. La esquina de Dundas Street y Spadina es el comienzo de un viaje al centro de Hong Kong, donde comercios de ropa, alimentos, electrónicos y restaurantes claman el ingreso desde sus indescifrables carteles.
Al lado de este distrito, Kensigton Market es una adorable zona de casas victorianas donde el estilo vintage se apoderó de los callejones: fusión de indumentaria usada y de autor, pequeños bares, comida al paso y aromas de productos de diversas procedencias, incluyendo yerba argentina.
Los taxis pintados de azul y blanco indican la proximidad a Greek Town, el ámbito de Toronto donde los descendientes de Platón conservan sus tradiciones y festejos. Es una de las barriadas más pintorescas y que mejor preserva su identidad. La exótica India se exhibe sobre Gerrard Street East, con sus tiendas de especias, vidrieras con atuendos femeninos de seda y restaurantes con cartas bilingües; College Street alberga a Little Italy con sus trattorias, las sonoras voces de los italianos y las infaltables Vespas; mientras que la pequeña Portugal, con inmigrantes europeos, brasileños y colonias africanas se asienta en Dundas Street West.
Transformado en una meca de diseño y vanguardia, el Distillery Historic District es el habitual paseo dominical de los torontonianos. En este predio de centenarias construcciones de ladrillo funcionaba la compañía The Gooderham and Worts Distillery, que llegó a ser tan importante que sus whiskies y bebidas espirituosas se exportaban en el siglo XIX a puertos sudamericanos como Buenos Aires, Río de Janeiro y Montevideo. Hoy, el lugar invita a ser recorrido a pie o en segways e introducirse en vanguardistas tiendas de diseño de indumentaria y decoración, una docena de galerías de arte y degustar todo tipo de propuestas gastronómicas, desde productos típicos de la provincia de Quebec hasta patisseries y chocolaterías artesanales.
Dos circuitos que tampoco deberían dejarse de lado son el Gay Village, en la intersección de Church y Wellesley, donde las banderas de la tolerancia son esgrimidas por doquier; y la calle Bloor Street Westm que destila lujo y glamour desde sus vidrieras. Luego de recorrer los museos Royal Ontario Museum (ROM) y el Bata Shoe, merodear esta arteria implica encontrarse con firmas como Rolex, Hermès, Gucci, Louis Vuitton, William Ashley China y joyerías como Royal de Versailles, Birks Les Must de Cartier, Tiffany and Co. En septiembre, durante el Toronto International Film Festival, no es extraño ver a reconocidas estrellas cinematográficas recorriendo este barrio que engloba lo más trendy en artículos de lujo, gastronomía y arte.
Cultura y naturaleza
La oferta cultural de Toronto está a la altura de la de las grandes ciudades. Existen 125 galerías, museos y centros de arte, entre las que se destacan la Art Gallery of Ontario (AGO) que deslumbra tanto por su colección de más de cuatro mil piezas como por su moderna arquitectura. Renovado en noviembre de 2008, está considerado como uno de los mejores museos de Norteamérica, integrando arte europeo, canadiense, contemporáneo, africano, fotografía y una de las mejores muestras de las voluminosas esculturas de Henry Moore. En la planta baja, vale la pena dedicar unos minutos al ShopAgo, con libros, juguetes, regalos e interesantes obras de diseño.
El ROM es el mayor museo canadiense de culturas del mundo e historia natural; mientras que ningún apasionado a los zapatos puede perderse el Bata Shoe Museum, una recopilación de calzados de todas las épocas y continentes, que presenta desde modelos clásicos hasta diseños imposibles de imaginar en nuestros pies, pasando por un par de botas de gauchos argentinos.
Ciudad de festivales a lo largo del año, el más vanguardista de Toronto es The Nuit Blanche, una celebración innovadora del arte contemporáneo que tiene lugar desde 2006 en el mes octubre. Desde el atardecer al amanecer del día siguiente, edificios públicos y privados, incluso supermercados, reciben performances de música, danza, fotografía, teatro y expresión visual. Las calles también son escenario de proyectos de arte espontáneo con activa participación ciudadana. En la edición 2009 estuvieron involucrados cerca de 500 artistas que buscaron despertar e impactar en los sentimientos de más de un millón de personas.
Finalmente, un viaje a Toronto tampoco puede excluir del itinerario a las cataratas del Niágara, distante a sólo dos horas de tren. El gran salto de agua, frontera natural con Estados Unidos, puede ser descubierto desde tierra, agua o aire. Una buena opción es tomar la embarcación Maid of the Mist que navega muy cerca de la catarata, pero si el presupuesto lo permite, el sobrevuelo en helicóptero brinda una perspectiva global de uno de los mejores atractivos de Canadá.
Sin dudas, Toronto es una ciudad que engloba ciudades, tanto sobre el asfalto como debajo de él. Por eso, quien desee llevarse una acabada visión de esta metrópolis deberá incursionar en el PATH, esa urbe subterránea que ocupa 27 kilómetros con más de mil comercios y restaurantes y que depara aún más historias para contar.
Miniguìa de Toronto
DÓNDE DORMIR
INTERCONTINENTAL TORONTO CENTRE
-Imperdible: las habitaciones con vista a la CN Tower. Por la noche, puede verse el juego de luces de colores que iluminan la colosal torre.
-El detalle: la celeridad en responder a las necesidades de los huéspedes.
225 Front St. West
416-597-1400
concierge.tocentre@ihg.com
www.ictc.ca
DÓNDE COMER
NOTA BENE
-Imperdibles: la calidad y presentación de todos los platos. El moderno y elegante restaurante integró la lista de los diez mejores restaurantes de Canadá de 2008 de la revista Where.
-El detalle: Nota Bene desafía el horario de las cenas tempranas de los canadienses. Por su ubicación, a escasos metros del Four Seasons Centre for the Performing Arts, es ideal para cerrar una velada de ópera.
180 Queen Street West
416-977-6400
info@notabenerestaurant.com
www.notabenerestaurant.com
AZURE RESTAURANTE
-Imperdible: el trío de postres que permite saborear tres especialidades dulces: mousse de maple, flan almendrado de manzana y cheese cake de calabaza.
-El detalle: el techo vidriado del restaurante, que lo convierte en un espacio muy luminoso.
Intercontinental Toronto Centre
N'AWLINS JAZZ BAR & DINING
-Imperdible: la variedad de tragos con vodka que rinden homenaje a grandes figuras del jazz como Charlie Parker, Miles Davis, Thelonius Monk, Sarah Vaughan, Neil Amstrong, entre otros.
-El detalle: buen ambiente generado por shows de jazz en vivo y la cordialidad de su personal.
299 King Street West-Entertainment District
416-595-1958
info@nawlins.ca
www.nawlins.ca
CAFÉ UNO
-Imperdibles: los paninis grillados.
-El detalle: sitio ideal para disfrutar de un almuerzo rápido en el Distillery District y seguir recorriendo el lugar.
Distillery Historic District- Builidng 32
416-980-2828
PAN RESTAURANTE ON THE DANFORTH
-Imperdible: la combinación de cualquier plato típico con la cerveza griega Mythos.
-El detalle: la esmerada atención de sus dueños, los Christodoulou.
516 Danforth Avenue-Barrio Griego
416-466-8158
info@panonthedanforth.com
www.panonthedanforth.com
CAFÉ DIPLOMÁTICO
-Imperdible: las pastas a precios muy accesibles.
-El detalle: sus paredes cubiertas de fotos de los famosos que visitaron el restaurante.
594 College Street - Little Italy
416-534-4637
www.diplomatico.ca
info@cafediplomatico.ca
CHIADO
-Imperdibles: los platos a base de pescado acompañados por vinos portugueses.
-El detalle: el ambiente íntimo.
864 College Street
416-538-1910
asilva@chiadorestaurant.com
www.chiadorestaurant.com
CÓMO LLEGAR
A Toronto
Air Canada. Vuelo de 14 horas con escala en Santiago de Chile
0800-444-2007
www.aircanada.com
Cataratas del Niágara
Via Rail Canada
Cómoda opción para evitar el congestionado tránsito. El viaje desde Union Station demanda dos horas.
1-888-842-7245
www.viarail.ca
QUÉ HACER
THE CANADIAN OPERA COMPANY
Ver cualquier obra de la compañía más importante de ópera de Canadá en el Four Seasons Centre for the Performing Arts. La programación de 2010 incluye Carmen, Otello, María Estuardo, The Flying Dutchman, entre otras.
145 Queen Street West.
416-363-8231
tickets@coc.ca
www.coc.ca
VAUGHAN MILLS
Shopping de 250 locales incluyendo outlets de reconocidas marcas. A 32 kilómetros de Toronto.
Desde Union Station se ofrecen traslados gratuitos a las 10, regresando a las 14; y a las 13, regresando a las 17.
1 Bass Pro Mills Drive. Highway 400 y Rutherford Road..
905-879-2110
info@vaughanmills.com
www.vaughanmills.com
CHEESE BOUTIQUE
Una imperdible tienda gourmet comandada por el amable Fatos Pristine, con voluminosas piezas de quesos, como un provolone italiano de 400 kilogramos. El lugar también ofrece delicatessens de todo el mundo y festivales gastronómicos.
45 Ripley Avenue
416-762-6292
www.cheeseboutique.com
CABIN FIVE Y THE FIFTH
Complejo de dos discotecas que son lo más exclusivo de la noche torontoniana. Frecuentado por celebridades como Robert Deniro, Paris Hilton y Matt Damon.
225 Richmond Street West
416-979-3000
www.thefifth.com
TORONTO GREETER PROGRAM
TAP INTO TO
100 Queen Street West
6th floor, West Tower, City Hall
416-338-2786
tapto@toronto.ca
www.toronto.ca/tapto
CATARATAS DEL NIÁGARA
www.niagaraparks.com
NIAGARA HELICOPTERS
3731 Victoria Avenue
1-800-281-8034
www.niagarahelicopters.com
MAID OF THE MIST
www.maidofthemist.com
MÁS INFORMACIÓN
Tourism Toronto. Toronto Convention & Visitors Association
207 Queens Quay West
416-203-2500
www.seetorontonow.com
Martín Rosendo Rubinetti
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